EL IMPACTO DE LOS PROGRAMAS PÚBLICOS EN EL INGRESO DE LOS HOGARES DE LAS MUJERES
César Omar Mora Pérez
14/agosto/2022
La división sexual del trabajo ha sido uno de los temas que han cobrado relevancia en la actualidad. Por una parte, se ha establecido la importancia de la participación de las mujeres en la actividad económica, toda vez que si fuesen implementadas políticas que incrementaran la participación laboral de las mujeres en 0.6 % al año se contribuiría a un crecimiento económico de 0.4 % anual (ONU México, 2020), sin embargo, existen barreras que limitan esta participación.
Por otra parte, la ONU Mujeres (2015) establece que las mujeres tienden a realizar trabajos por los que no reciben remuneración alguna, tal como el cuidado de menores, personas de la tercera edad, personas con discapacidad y/o personas enfermas, y el trabajo doméstico.
Esto implica que las mujeres no puedan insertarse en el mercado laboral debido al poco tiempo que tienen disponible, generando efectos negativos, toda vez que los ingresos que obtendrían por el trabajo remunerado basado en la poca disponibilidad de tiempo serán menores y de baja calidad, particularmente en la informalidad (CEPAL, 2020).
Además, implica que la falta de ingresos suficientes a partir del empleo deja a las mujeres dependientes de la provisión masculina (tanto para ellas como para sus hijos) o compiten en mercados en situaciones de desventaja (Espino & Sauval, 2016).
Existen propuestas que permiten apoyar el trabajo doméstico y cuantificarlo a través de un pago garantizado por el Estado de tres mil pesos mensuales para las trabajadoras domésticas de Jalisco, además de otorgarles prestaciones como seguridad social y garantizarles una pensión[1]. Se estima que en la entidad existen 158 mil personas dedicadas al trabajo doméstico en hogares que no son los suyos, un 95% de ellas mujeres y apenas un 2% cuentan con IMSS[2], por lo que se cuenta con el Programa Piloto de Personas Trabajadoras del Hogar.
En este sentido, esta situación puede analizarse bajo la perspectiva del gasto público, en donde uno de fines es la redistribución del ingreso para mejorar la calidad de vida de las personas. Existe programas de apoyo que podrían ser cuantificados para este sector, entre otros: El Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras del Gobierno Federal; el Programa Seguro de Vida para Jefas de Familia del Gobierno Federal; el apoyo para Madres con hijos con discapacidad del Gobierno Federal; los apoyos a Madres Jefas de Familia del Conacyt; el Apoyo a Mujeres Jefas de Familia del Gobierno del Estado de Jalisco; incluso se podrían relacionar los programas de Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores y las Becas Benito Juárez, como apoyos del Gobierno Federal que contribuyen al ingreso de los hogares de las mujeres.
Analizarlo desde diferentes perspectivas ayudaría a enfocar las estrategias y las políticas públicas orientadas al apoyo de las mujeres.
[1] https://udgtv.com/noticias/mara-robles-propone-iniciativa-estado-pague-trabajo-domestico/
CEPAL. (2020). Evaluación del impacto social y económico de la pandemia de COVID-19 en la Ciudad de México: diagnóstico. Ciudad de México: Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Espino, A., & Sauval, M. (2016). ¿Frenos al empoderamiento económico? Factores que limitan la inserción laboral y la calidad del empleo de las mujeres: el caso chileno. Desarrollo y Sociedad, 77(10), 305-360.
ONU México. (2020). La participación laboral de la mujer en México. Obtenido de https://www.onu.org.mx/la-participacion-laboral-de-la-mujer-en-mexico/
ONU Mujeres. (2015). Trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Entidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. Obtenido de: https://mexico.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2016/01/trabajo-domestico
Dr. César Omar Mora Pérez
Académico del Departamento de Administración
Sistema Nacional de Investigadores Nivel C